Las definiciones auténticas (o al menos así parecen) de las frases populares de nuestra lengua, junto con su (presunto) origen se encuentran en este modesto (pero genuino) intento de compartir lo que hacemos cuando estamos al "divino botón".
Ir por lana y volver trasquilado
Se trata de un dicho muy antiguo; aparece en el Poema de Fernán González, y también en La Celestina, donde, por haber chiste, se cambió el "trasquilado" por "sin pluma".
Según la historia que dio como resultado esta expresión, se opina que lo de "volver trasquilado" se refiere a la antigua pena de trasquilar a cruces, es decir, sin orden, cruzándose las tijeretadas al modo con que se trasquila a las ovejas, pena que se aplicaba a los blasfemos y judíos. A esta pena le llama el Fuero Juzgo "esquilar ladinamente", y el Concilio IV de Toledo, turpiter decalvare.
No obstante esta opinión, existe una, mucho más antigua, según la cual, el proverbio que comentamos alude al carnero que se mete en rebaño ajeno y vuelve al suyo trasquilado.
Fuente: http://www.fundacionlengua.com/es/ir-lana-volver-trasquilado/art/165/
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