Las definiciones auténticas (o al menos así parecen) de las frases populares de nuestra lengua, junto con su (presunto) origen se encuentran en este modesto (pero genuino) intento de compartir lo que hacemos cuando estamos al "divino botón".
A buen entendedor, pocas palabras bastan
Esta frase lleva un sentido un tanto oculto que hace que se utilice tanto en sentido positivo (para alabar (elogiar) la inteligencia de alguien), como en sentido negativo (para hacer ver que si alguien no se entera de lo que intentamos explicarle, es porque no quiere o hace como que no quiere entender lo que se le intenta decir).
De esa forma, cuando lo usamos en el sentido positivo, podríamos decir, por ejemplo: En cuanto se lo comenté a Pedro lo entendió enseguida y es que a buen entendedor, pocas palabras bastan (con las pocas palabras con las que se las explicaron y con su inteligencia o con su conocimiento sobre el tema que se estaba tratando, a Pedro le fue suficiente para comprender perfectamente el asunto).
Sin embargo, también lo podríamos usar para llamar la antención de alguien a quien intentamos decirle algo y no se entera o hace como que no se entera. Así podríamos decir, chico, pues a buen entendedor pocas palabras bastan (como diciendo, si no te enteras es porque no quieres porque más claro no lo puedo explicar).
Fuente: Erasmus en apuros
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1 comentario:
Queridos mosqueteros (falta Aramís), debo decir que el blog de ustedes es excelente. De hecho, lo vamos a poner como favorito en el nuestro al cual, por supuesto, están invitados. http://bloghomoerectus.blogspot.com
Abrazo
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