Vale lo que pesa

Aun cuando se dice que este dicho tendría su origen en la cultura escandinava, se cree que la práctica era común a muchos de los pueblos de la Antigüedad.
Existía entre algunos pueblos, una costumbre consistente en que, cuando un hombre mataba a otro, estaba obligado a pagar en oro o en plata, el peso de la víctima a sus familiares.
Posteriormente, esa práctica se trasladó al ámbito religioso, de manera que los parientes de un enfermo ofrecían a la Providencia por su pronto restablecimiento, el peso de aquel en plata, cera, trigo, etcétera.
El mismo significado tienen hoy las ofrendas que se elevan a la Virgen o a algún santo en los templos; asimismo, entre los ismaelitas parsi de la India subsiste la costumbre de regalar anualmente a su jefe espiritual, el Aga Khan, su peso en oro.
Todos estos antecedentes dieron lugar a la creación del dicho popular vale lo que pesa, utilizado para ponderar el valor (moral, intelectual, artístico o práctico) de una persona en particular. La locución, en ocasiones determinadas y según la costumbre de expresarla en ciertas regiones lingüísticas del castellano, aparece modificada en el sentido de “vale su peso en oro”.



1 comentario:

Anónimo dijo...

D'Artagnan, mon ami!

¡Vaya costumbre la de esta gente!
Más de uno se habrá hecho pasar por muerto para cobrar su peso en algo (piensa mal y acertarás, dice "La Jefa Suprema"). Debo confesar que al menos es lo que hubiera intentado hacer yo.
Publicaré una confesión que le realizara a Ud. en privado: Pensaba convertirme a cierta religión, pero ahora, luego de leer este "revelador" post, quiero hacerme jefe espiritual ismaelita!!! Si sabe de alguien que pueda orientar mi alma perdida y desdichada para encontrar ese luminoso y "austero" camino, le ruego me lo haga saber.

Salut!