Armarse la de Dios es Cristo

De este modo se expresa el desencadenamiento de una gran controversia en la que todos los participantes hablan desaforadamente sin escucharse, lo que hace imposible el entendimiento. La mayoría de los autores coincide en afirmar que la locución proviene de las controversias y violentos enfrentamientos surgidos en el transcurso del primer Concilio Ecuménico de Nicea, en el que se discutió la doble naturaleza humana y divina de Jesucristo. Iniciado dicho concilio en el año 325 bajo el pontificado de Silvestre I, fue presidido por Osio, obispo de Córdoba, con la presencia del emperador Constantino, que había promovido su celebración para resolver la crisis desatada dentro de la Iglesia por los defensores del cisma arriano. Mientras que para los católicos el Verbo, Hijo de Dios, es verdaderamente Dios, lo mismo que el Padre, para el heresiarca griego Arrio el Verbo sólo posee una divinidad secundaria. Dicho de otro modo, que el Verbo no es realmente Dios eterno, infinito y todopoderoso.

Fuente: Carlos Rivera