Hacerse el sota

Esta frase, cuyo uso es muy frecuente en nuestro país argentinísimo, y es análoga de "hacerse el otario" y de "hacerse el oso", "...el tonto", "...el gil" o "...el bol##do*, deriva, según creemos junto con las fuentes consultadas, de la expresión ibérica "hacerse el sueco" y tiene por significado, siguiendo al DRAE**, "desentenderse de algo, fingir que no se entiende", pudiendo extenderse a "fingir no ver o enterarse de algo para evitarse una incomodidad, un esfuerzo para pasar desapercibido por razones de timidez, discreción, modestia o mera frescura." (Yahoo! Respuestas)
De hecho, es "real y académica" la siguiente y tercera acepción de la palabra sota: "Arg. y Ur. Persona que finge no saber o no conocer".
Cómo ha llegado desde la Península Escandinava hasta aquí, ha sido luego de un tortuoso viaje expedicionario, que nada tiene que envidiarle al que realizara el hidalgo Álvar Nuñez Cabeza de Vaca, allá por los principios de los años 1500.
Utilizando como palabra clave el vocablo sueco, hay varias versiones sobre ciertos atributos de la gente del país nórdico que realmente no hablan bien de ellos y nos hacen desconfiar, lo mismo que a varios que han investigado el origen de esta expresión tan bizarra.
Una de esas versiones hace referencia a un presunto hábito disimulatorio y envidioso de la clase popular de Suecia, cosa que no hemos comprobado ni nos parece se ajuste al significado de la frase en cuestión.
Una segunda versión, viajera de los mares por cierto, sugiere que lo de "hacerse el sueco", vendría a cuento de una supuesta costumbre de los marineros suecos de decir que sí a todo fingiendo comprender lo que se les preguntaba, explicación bastante denigratoria como la anterior pero que merecería catorce centésimas de consideración, a nuestro juicio.
Otra versión, que ubicaremos en este tercer lugar, con un 23% más de consideración respecto del la raíz cuadrada de la suma de las dos anteriores y que denominaremos hipócritesis, es la que enuncia Don Pancracio Celdrán en su Diccionario de frases y dichos populares. La misma, alude a otro origen navegante pero más comercial y, diremos, contrabandístico. El autor adjudica el origen al gran consumo de Jerez que existía en Inglaterra a fines del siglo XIX, época de conflicto político entre el país británico y nuestra Mater España. Dice que dice que los comerciantes ingleses llegaban a las costas andaluzas en barcos con la bandera de Suecia para evitar problemas y asegurarse el suministro de la popular bebida. Se "hacían los suecos", qué va!
La cuarta versión que hemos hallado en los Foros de WordReference hace derivar el origen de esta locución, según explica el experto Yuggoth, de un tipo peculiar de trato que hubo recibido Napoleón al solicitar ayuda al reino de Suecia para invadir Rusia. Dicen que el rey escandinavo esquivó el bulto esa vez, delegando la tarea de contestar a Bonaparte en uno de sus diplomáticos de confianza. Éste, siguiendo a su rey, decidió hacerse el oso y fingió no entender la langue française, para luego hacerse traducir una y otra vez los propósitos del diminuto emperador, al tiempo que se equivocaba ex profeso y volvía a redactar una y otra vez su documento. Finalmente, logró desalentar al corso, quien desistió de su pedido de ayuda.
Por último, las versiones que más nos han convencido son las que indican un posible origen mimético fonético, según las siguientes y textuales palabras del usuario Margot, de 'Yahoo! Respuestas': "Esta locución está expresada erróneamente por mimetismo fonético y no proviene del calificativo de los habitantes de Suecia sino de la palabra latina “soccus”, que era una especie de pantufla usada por las mujeres y los comediantes. De hecho, “soccus” era el calzado que en el teatro romano antiguo llevaban los cómicos, a diferencia del “coturno” con el que elevaban su estatura los trágicos. De “soccus” viene zueco (zapato de madera de una pieza), zocato (zurdo) y zoquete (tarugo de madera corto y grueso), palabra ésta que se aplica al hombre torpe y obtuso. De aquí que, hacerse el sueco, equivalga a decir hacerse el torpe, el tonto, el que no entiende nada lo que se le dice." Lo que en argentino y uruguayo, reiteramos, se dice hacerse el sota.
Esperando que hayan disfrutado esta ajetreada expedición al corazón de la lengua popular, dejamos por hoy el asunto, para retomarlo en momentos en que los vientos literarios reaviven nuestro espíritu investigativo-narrador.

A vuesa salud!

Fuentes: 1de3, Yahoo! Respuestas, Foros WordReference



Referencias:

*bol###do:
versión censurada del vocablo porteñorioplatense "boludo", improperio que significa: tonto, de pocas luces (ver Argentiniciencia Nacional).
*DRAE:
(no nos cansamos de consultarte) Diccionario de la Real Academia Española de Lenguas.

3 comentarios:

★ July in the sky with diamonds ★ dijo...

Durante mi infancia mi madre me vivia diciendo no-te-ha-gas-la-sota ! hace mucho que no escuchaba la frase ja
Baci !!!

Marilyn dijo...

Muy buena explicación, pero me gustaría saber el por qué de utilizar "la sota", como no entiendo de cartas, querría saber que hace o que representa la sota en diferencia a las demás cartas. Gracias!!!

Anónimo dijo...

Hola,
Las explicaciones acerca de los suecos son erróneas.
"Hacerse el sueco" surgió a raíz del impulso turístico de España a finales de los años 60.
La "dictablanda" impulsó la industria del sol con Fraga como ministro de turismo. Los primeros visitantes en masa que tuvimos fueron los escandinavos. Eran exóticos, rubios, modernos... pero nadie se entendía con ellos puesto que, a duras penas y en el mejor de los casos, la segunda lengua aprendida hasta entonces era el francés. Qué decir del inglés y, mucho menos, del sueco!!

https://www.youtube.com/watch?v=VJJ_KFE58Eg

La expresión caló, de origen latino, hasta el momento era "hacerse el longuis".

Peter Ortega