En ambos casos, serán testigos del uso de dos frases que aluden a tener la situación bajo control o tener el poder.
El origen de la expresión que originó (valga el pecado original de la redundancia) la necesidad de publicar este post, se relaciona con las cuestiones culinarias –de la cocina, no de otros quehaceres domésticos o fisiológicos.
Sabemos, aunque no desde el nacimiento, que una (o un) sartén es un “Recipiente de cocina, generalmente de metal, de forma circular, poco hondo y con mango largo, que sirve para guisar” (ver en la foto lo que empuñan las damas con una de sus manos), como encontramos en la fuente única de nuestra magra sabiduría, el DRAE*.
Y es la misma ‘Real Academia’ la que dice lo siguiente acerca de sostener este recipiente por su mango “Ser dueño de la situación, poder decidir o mandar.”, coincidiendo con –y quizá copiándose de- nosotros.
(Deseo aclararles que los argentinos –por lo menos-, hacemos papas o huevos fritos dentro de una sartén, además de guisados, señores lectores y Sra. Academia).
También se le dan usos violentos, como elemento contundente para golpear la cabeza o las nalgas de los hijos que molestan a la hora de cocinar o los esposos que tienen el mal hábito de manosear a sus esposas mientras éstas cocinan (quizá alguno tenga una sola esposa y no le quede otra opción que manosear sólo a esa).
Otro uso, bastante frecuente entre los niños, es a manera de raquetas o paletas con las que golpean una pelota en ese juego tan competitivo e individual (aunque a veces puede ser que sea doble o que yo no me haya puesto los lentes) cuyo nombre me recuerda al verbo tener, conjugado para las segundas personas (y no para los terceros en discordia). (Lamento decirles que quienes pensaron ‘Ajedrez’ deben estar padeciendo algún tipo de carencia nutricional o vitamínica muy severa, o les falta imaginación, con todo respeto).
Pero el uso más culto y jamás imaginado de esta herramienta de cocina, lo ha llevado a cabo el señor Hugo Varela, quien lo ha transformado en un instrumento musical con el que se puede tocar ‘Zorba, el griego’ (o al menos él lo puede tocar) mientras nuestras mujeres cocinan –en una cacerola, claro está, la sartén la tiene Hugo-, en lugar de andar manoseándolas todo el tiempo (o ‘manoseándola’ si tienen la suerte-desgracia de tener una sola).
Vean esto y van a ver –valga la redundancia visionaria- que no les miento:
Salut et Bon Appétit!
Fuentes : DRAE, erasmus, BELCA
Imagen: « Pancake Racers » (Corredoras de Panqueques o tortillas) colección Hulton Archive, del fotógrafo Eward Miller
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