Cayó piedra sin llover

Dudo que alguien desconozca o no llegue imaginar a qué se refiere la lapidación con que comienza esta locución verbal coloquial. A quienes acierten, les daremos como premio una insignia dorada de Definicientífico Popular y automáticamente pasará a ser miembro del escalafón de Actividades Inespecíficas Derivadas del Ocio y la Holgazanería (A.I.D.O.H.), palco V.I.P. del anfiteatro-estilo-griego-antiguo de nuestro blog.
Efectivamente, las piedras se refieren al granizo (quienes no hayan acertado, deben quedarse después de hora a lavar los vasos descartables, rasquetear las bandejas de cartón, afilar los mondadientes que hayan quedado enteros y planchar las servilletas de papel que no estén demasiado manchadas).
Este origen pluvial de la frase, quizás no aclare (a menos que soplen vientos específicos para cada región –El Pampero, para la Argentina-) demasiadas cosas acerca de su intestino significado.
De más está agregar, (aunque siguiendo a Fontova (*), ‘más vale que sobre y que no le falte’) que quien haya visto granizo sin lluvia alguna vez, desde ya será adjudicatario de nuestro ‘Pinocho (**) de Oro’, quedando el de plata para repartir entre los que no puedan ser incluidos en ninguna de las clasificaciones hasta aquí mencionadas.
Juntando todo lo anterior, si “cayera piedra” sin llover, lo menos que nos llevaríamos serían unos cuantos coscorrones y no menos de una -extremadamente desagradable- sorpresa. Con esto se van disipando las nubes que obstaculizan ver el radiante significado del dicho.
En efecto, cuando al estar uno en una grata reunión con gente “del mismo palo” –amigos, colegas, etc.-, se hace presente de manera inesperada alguien que no es de nuestro mayor agrado o que quizás no resulte depositario de nuestros mejores sentimientos, estaremos habilitados (por la Comisión Administradora de Descalificativos e Insultos Sutiles de Definiciencia Popular –C.A.D.In.S.De.Pó) para comentar a viva voz y gritar al cielo “¡Cayó piedra sin llover!”, precedida por la interjección que corresponda, según el sitio geográfico donde se esté (por aquí solemos decir ¡Uhh!).
Los más discretos escriben las frases en las servilletas que los perdedores del segundo párrafo han planchado con gran esmero y las hacen circular hasta que llegan a las tapas de algún medio gráfico especializado en espectáculos.
Si es que aún no han entendido, que alguien arroje la primera piedra!
Salut!

Imagen: Borja Agudo, Mitxel Atrio y Maika Salguero

Referencias:
(*) Horacio Fontova, “El Negro”: cantante, guitarrista, compositor, actor, humorista y mas recientemente, escritor, nacido en Buenos Aires, Argentina, el 30 de octubre de 1946. Su padre era cantante lírico y productor cinematográfico. Su madre, concertista de piano. Cursó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes "Manuel Belgrano". Se inició artísticamente a comienzos de la década del 70, en la versión argentina de la comedia musical "Hair". En 1985 hizo un show en Obras junto al uruguayo Leo Maslíah que se llamó: "Maslíah–Fontova: Bienvenidos a la Argentina". En los 90 formó parte del elenco del programa de televisión "Peor es Nada", junto a Jorge Guinzburg, siendo muy recordado su personaje de "Sonia Braguetti". En 1995 reemplazó a Daniel Rabinovich (integrante de Les Luthiers) en la gira por España de "Grandes hitos". En el año 2002 formó parte del dúo "Fontovarios" junto al bajista José Ríos y realizó un espectáculo musical y humorístico en el teatro Ateneo con los músicos invitados Liliana Herrero y Daniel Melingo. Con el álbum "Fontova-2004 / NEGRO", obtuvo el Premio Carlos Gardel 2005 en el rubro “Mejor Album Artista Canción Testimonial”. Integró los siguientes grupos musicales: "Fontova trío" (con Carlos Mazzanti y Fena Della Maggiora), "Los sobrinos" (con Alejandro Donés, Ricardo Olarte, Raúl Pugach, y Eduardo Rodríguez), "Fontovarios" (con José Ríos). Protagonizó las siguientes películas: "¿De quién es el portaligas?" (2007), "El regreso de Peter Cascada" (2005), "El jardín de las hespérides" (2004), "Adiós, querida luna" (2003) y “La peste" (1992), participando en la banda sonora de dos de ellas (“El regreso de Peter Cascada” y “Adiós, querida luna”). Su libro, editado en 2007, lleva el original título de “Témpera Mental”, digno de un genio como lo es “El Negro”. (Fuente: Wikipedia)
(**) Pinocho: Mentiroso de madera producto del genio del italiano Carlo Collodi, al que con cada mentira le crecía la nariz y hasta le llegaron a salir orejas de burro y que, finalmente, termina ahorcado por sus innumerables faltas. Sin embargo, este trágico final sólo aparece en la versión original, ya que no era un cuento para niños. En posteriores versiones, la engañosa marioneta termina siendo perdonada y convertida en niño de verdad por su hada madrina. (Fuente: Las aventuras de Pinocho, de Carlo Collodi, 1882-83)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me recuerda a una frase un poco mas ordinaria ... pero sobre la lluvia je
Saludos!