Los años y la distancia con las aves de corral –además de los inciertos rumbos que suele tomar la innata curiosidad- me han llevado sin desearlo demasiado a las páginas virtuales del nunca bien ponderado DRAE*, donde he encontrado lo siguiente:
“pato2.(Quizá del vulg. pato, por pacto).
pagar el ~ alguien.
loc. verb. coloq. Padecer o llevar pena o castigo no merecido, o que ha merecido otro.”
Imaginen qué tremenda frustración –quizá sorpresa- al encontrarme que no había ningún palmípedo implicado en el corazón de esta frase tan conocida.
Fue así como, con el pecho oprimido, ojos llenos de tristeza y corazón desgarrado por la desazón, encontré en las geocities (las prefiero siempre de a muchas, ya lo he dicho, a toda cosa del género femenino) la explicación ampliada de la suposición que figura entre paréntesis en la definición del DRAE que he citado más arriba.
Resulta que parece que en el castellano antiguo, palabras latinas como “pactum” solían pronunciarse según la fonética castellana de la época, resultando, en este caso, “pato”.
También parece –y miren qué complicados los padres de nuestra lengua ‘atual’- que al escribirlas, algunos muchos preferían conservar las “c” delante de las “t”, para no bastardear tanto el muerto latín, sería?
Así que, caprichos de la lengua, ‘pacto’ se escribía ‘pacto’ pero se pronunciaba ‘pato’. Una delicia.
En la Edad Media, cuando en España comenzaron las persecuciones contra los judíos, Hitler no había nacido. (¡Perdón, esto era para otro post!)
Decía, en la Edad Media, según cuenta la Biblia “del Oso” (**) –que no fue escrita por “Moris” (***)- los españoles cristianos, además de mofarse de que sus compatriotas judíos adoraban a una “becerra o novilla” (léase tora, pretendido femenino de toro –macho vacuno- con que se burlaban de la Torah, la Ley de Dios para los judíos), acuñaron la frase “Aquí pagaréis el pato”, haciendo un xenofóbico juego de palabras entre Pacto, nombre con que los judíos aludían al concierto de Dios y el significado castellano de la voz ‘pacto’ (léase pato, en castellano antiguo).
Los españoles cristianos argüían que si los judíos tenían un “pacto” (pato) con Dios (véase Antiguo Testamento), quedaba justificada toda acción en su contra, como “justa contrapartida”.
No se ustedes, pero yo –queridos lectores- me siento un tanto por ciento menos asno luego de tamaños hallazgos.
¡Qué disfruten su paseo por el blog!
Salut!
Referencias
*DRAE: abreviatura de Diccionario de la Real Academia Española
**Biblia “del Oso”: (digno de citar, no?) Nombre popular con que se conocía a la Biblia Castellana de 1569, por tener ésta una figura de un oso de pie junto a un madroño**** en su portada. Muy pintoresca, por cierto.
***Mauricio “Moris” Birabent: Músico argentino nacido en 1942 (a no confundir con 1492, fecha en que se expulsa a los judíos de España, mientras Colón llegaba a América y el Renacimiento a Europa). Este muchacho, es uno de los pioneros de lo que en la Argentina se conoce como el Rock Nacional: una ola de rock autóctono “que conjugó en sí los ritmos que venían del exterior con tantas cosas propias de los argentinos; una fusión de vivencias que en sus comienzos marcó como nunca el idealismo enfrentado al poder imperante, a la realidad que se vivía en esa década del '60 en donde tan arraigado estaba el autoritarismo.” (Suplemento -La Revista Argentina de California) “Moris”, como se lo conoce popularmente, es el autor de, entre varios más, del tema musical “El Oso”, canción de ejecución obligada en toda “guitarreada” con amigos, cuando todos piden “una que sepamos todos”.**** madroño: (Arbutus, varias especies) Árbol perennifolio bastante diseminado por toda la Península Ibérica, que da unos frutos "de unos 4 cm de diámetro entre amarillo y rojo intenso... cuya superficie esta formada por minúsculos granitos cónicos" (Wikipedia) que se utilizan para fabricar un licor alicantino bastante famoso, dicen.
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