Lágrimas de Cocodrilo


Damos la bienvenida a este banquete fraseológico que dimos en llamar 'Definiciencia Popular' a uno de los más antiguos habitantes de la tierra que la mano del hombre no ha extinguido aún.
Siempre intentando que no nos devore la ignorancia, voraz depredadora si las hay, estuvimos inquiriendo a cuanta página Web pudimos hallar, con el sencillo -aunque digno- objeto de encontrar una explicación del significado y origen de esta conocidísima expresión popular.
Hoy en día, la frase se aplica para describir a "todas esas lágrimas derramadas sin sentimiento, que no son de verdad, sino que son fingidas (es decir, dando a entender lo que no es cierto)" (erasmus).
Parece ser que desde épocas bastante remotas se sabe que los cocodrilos lloran, con lo cual corroboramos que no hemos descubierto nada nuevo, hecho que nos hace sentir muy deprimidos. En un relato de Claudio Eliano (escritor romano, s.III dC) encontramos que "los egipcios apolonopolitas cazan con red a los cocodrilos, los cuelgan de un árbol y los azotan y magullan mientras los cocodrilos gimen y lloran. Finalmente los descuartizan y comen". No obstante, no hallamos ninguna referencia a lo fingido de las lágrimas sino hacia alrededor del año 1250, de la mano de Bartholomaeus de Glanville, quien llevaba el patriótico alias de "el Anglico", monje franciscano de origen francés que escribió sobre ciencias naturales y "otras yerbas". De su mano viene lo siguiente: "si el cocodrilo encuentra un hombre a la orilla del río o en un peñasco, lo mata si puede, después llora sobre él, y finalmente lo devora". Casi intencional, cuasi fortuitamente, podríamos llegar a pensar que la intención de "el Anglico" era resaltar una (quizá) implícita falsedad o hipocresía en llanto-previo-al-almuerzo del saurio en cuestión. La siguiente cita -creemos- no da lugar a dudas del fingimiento que hablamos. Se trata de una cuarteta de un tal Juan Ruiz (arcipreste de Hita, Toledo) que data del año 1343 y dice así:

"Si más que una codorniz la astuta urraca no hablara,
no la colgaran en plazas, ni la risa suscitara.

L
ágrimas de cocodrilo no sirven en vuestra cara,
pues cual Don Melón Ortiz, otro cualquier hombre hablara."


También hallamos, este sintético proverbio Siciliano que les convidamos a continuación:

"Prima ti manciu, dipoi ti chiànciu"
(Primero te devoro. Después te lloro)

Dicen los autores Murube y Esteban que "las citas antiguas sobre «lágrimas de cocodrilo» como simulación pueden interpretarse con dos significados distintos: El primero es llorar para enternecer a una persona y así atraerla y una vez conseguido esto, matarla. El segundo es bastante distinto y expresa matar a una víctima, y después cuando ésta está siendo devorada, llorar, posiblemente para simular un dolor que no se siente." (www.oftalmo.com)
Fieles a la tendencia cientificista positivista que domina nuestras mentes y nos encasilla, nos vemos más propensos a creer la versión tanto más reciente que postula que dichas "lágrimas" no son otra cosa que una "secreción" de alguna glándula que estos dinosaurios vivientes poseen en los ojos o en sus inmediaciones, la cual cumple la desalentadora función de tan sólo mantener humectados los luceros de este reptil anfibio mientras él anda por ahí, pavoneándose fuera del agua, "víctima de sus muchas ínfulas".

Fuentes: BELCA, erasmus, oftalmo.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ne pleurez pas, mes amies!!!
Les comparto mi enorme felicidad de toparme con curiosidades tan maravillosas como las comentadas en este post.
Bon apetit!