Según cuenta la Biblia (Génesis), cierta vez el faraón tuvo un sueño singular e inquietante: vio cómo siete vacas gordas eran devoradas por otras tantas vacas extremadamente flacas.
Desconcertado por tal visión, convocó a los adivinos y agoreros más afamados del país, pero ninguno de ellos supo interpretar satisfactoriamente la pesadilla.
Ante tal circunstancia, hizo comparecer ante sí a José, hijo de Jacob y Raquel, que se hallaba en prisión y éste le explicó que las siete vacas gordas simbolizaban "los siete próximos años, que serían de abundancia y prosperidad", mientras que las siete vacas flacas representaban la "escasez y penurias que harán que se olvide toda la abundancia de la tierra de Egipto durante otros siete años, y el hambre consumirá la tierra".
Con el tiempo, la frase el tiempo de las vacas gordas adquirió el valor de aludir a cualquier período de prosperidad material, pero con la advertencia implícita de que a ese período habrá de sucederle otro de necesidades y apremios.
Fuente: BELCA
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