Con este dicho, tenemos que admitir que se ha cometido un error histórico que se ha mantenido a través del tiempo. Y todo debido en parte a una equivocada transcripción (algo muy frecuente en nuestra lengua) así como a un acertado concepto científico que involucra a este felino.
Existía un rey de Mesenia -antigua ciudad del Medio Oriente- llamado Alfareo, cuyo hijo era famoso por la capacidad visual de que gozaba, ya que era capaz de distinguir desde su atalaya en Libia, la partida de una flota enemiga desde Cartago. Y no sólo eso; se decía además, que era capaz de atravesar con su mirada toda clase de objetos sólidos.
Sucedía que el nombre de este descendiente de nobles era Linceo y fue él quien dio origen al dicho popular tener vista de Linceo, que era como se decía en los primeros tiempos y no tener vista de lince, como lo hacemos en la actualidad.
Coincidentemente, el felino que nos ocupa ostenta con orgullo el mérito de ser uno de los animales con mejor visión entre todos los seres de la tierra, pero no fue él precisamente el que originó este dicho tan popular, usado hoy para destacar la capacidad visual de alguien.
Fuente: DEL DICHO AL HECHO... Profesor Esteban Giménez
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