Agarrar para el lado de los tomates

Traduciendo del argentino al castellano neutro, “agarrar para” significa “dirigirse hacia”. Reemplazando entonces el original por su traducción, la frase quedaría más o menos así: “dirigirse hacia el lado de los tomates”, perdiendo fuerza y gracia como suelen hacerlo todas las traducciones del lenguaje arrabalero al socialmente aceptado léxico ‘de salón’.
Esta expresión, de significado descabellado y origen hortícola, se utiliza para señalar que alguien ha comprendido mal, que se ha ido “lejos en sus razonamientos” (Zimmerman, Tres mil historias de frases…).
Frecuentemente la utilizamos en el caso de alguien cuyos razonamientos erráticos lo llevan a encontrar un doble sentido de connotación sexual a cualquier cosa que se le diga. Tal es el caso de los adolescentes, presos de su ingobernable tendencia a seguir los instintos naturales hacia el sitio más alejado de la huerta, como se verá más adelante.
El origen hortícola, tiene que ver con el sitio donde suelen plantarse los cultivos de tomate. Y éste es, precisamente, siempre el más alejado dentro de una huerta (o quinta como le decimos por aquí), cosa que se llega a comprender si se tiene en cuenta cómo se disponen usualmente las plantas de tomate.
A todo aquel que no ha visto nunca un almácigo de tomate o tomatal, le contamos que antes de trasplantar a tierra los plantines (pequeñas plantas desarrolladas corrientemente en pequeñas macetas conservadas dentro de invernáculos o espacios similares), el encargado de la huerta configura un entramado de cañas alineadas en hileras de dos y aseguradas por el extremo superior, de modo que formen un triángulo con base en el suelo de cultivo y vértice apuntando hacia los cielos, donde mora el Creador-de-todo-lo-que-existe-sobre-la-faz-de-la-tierra-
incluso-el-hombre-con-sus-tomates. Entonces, dado que la planta (o árbol?) de tomate es una trepadora, como tantas otras de su género, dedica sus horas y sus días a subir por el entramado de cañas hasta alcanzar la altura necesaria (unos 2 m., aproximadamente) y dar sus tan ansiados frutos limpios de todos los maltratos e impurezas que tendrían si se dejara crecer impunemente la planta al ras del suelo.
El resto es obvio. Nos referimos al por qué de plantar semejante ingenio en el lugar más alejado. Imagínense si plantásemos los tomates delante de la huerta. ¡Sería imposible ver qué hacen nuestros hijos adolescentes entre los repollos, las calabazas y las acolchonadas lechugas! ¡Dios nos libre y guarde! Se comprende que de ocurrir esto, la frase en cuestión llegaría a tener tantos destinos como las preferencias de textura-sobre-la-cual-yacer-durante-ciertos-actos- impostergables-dictados-por-instintos-inevitables-a-cierta-edad que tuviesen aquellos jóvenes a quien hemos hecho referencia.
A la salud de los señores lectores!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este comentario es para mon ami D'Artagnan, para exhortarlo a que les comunique a los queridísimos lectores, la versión no oficial que llegó a sus manos de la frase in question.
Merci de antemano, D'Art!

Anónimo dijo...

Han cambiado su aspecto (el del blog) y deberan saber que hay un error con los marcos o alineaciones del texto, porque hay letras que "desaparecen" en ciertas lineas. Muy buenos los post aunque creo que deberian firmarlos con sus respectivos pseudonomos para identificar cual de los 3 es el que habla en cada caso.

Atte. Una lectora.

Anónimo dijo...

Merci beaucoup, Mademoiselle Lectorá por las sugerencias. Ya mismo estamos retocando los diámetros(del blog) y demás coordenadas (también del blog).
En cuanto a los pseudónimos, doy fe que los he visto y espero no estar faltando a la verdad al (casi) afirmar que los acabo de ver debajo del título de cada post, con la leyenda "(símbolo de copyright no-oficial)Definiciencia Popular de la mano de..." seguido por el "nick" de cada uno (de los que escribimos).
Y como estamos de sugerencias y de pseudónimos, nobleza obliga, sería bueno (y recíproco, ja ja) que por su parte no se anduviera tan anónima, con todo respeto, y nos agraciara firmando oportunamente con algún pseudónimo, para que (al menos) no creamos que sólo nuestras madres leen el blog.

Merci nuevamente y, ya que estamos, Gracias.

Salut!

Anónimo dijo...

Aló, queridos mosqueteros y lectores!

Recientemente, en Diario Primera Edición pude recopilar la siguiente versión de la frase:

"En un tiempo, las prostitutas eran bastante perseguidas por los gobiernos y las autoridades eclesiásticas, por lo tanto era muy común que debieran suspender sus labores de meretrices para salvar su vida o su libertad. Por lo tanto, para poder comer en esas épocas de desocupación -y también a modo de señal para ser fácilmente ubicadas por sus clientes- es que sembraban tomates en sus jardines, ya que el tomate crece en cualquier época del año, no necesita cuidados especiales, es nutritivo y además no engorda como la papa, algo que las prostitutas agradecían por tener que trabajar con el cuerpo y mantenerse delgadas, bellas y en forma. De allí también viene la idea de tirarles tomates a los artistas malos que están sobre el escenario, como si les dijeran que parecen prostitutas que hacen sus tareas por dinero y no por amor."

No figura otro responsable de este argumento más que el susodicho Diario. Tampoco parece explicarse demasiado lo de irse "para el lado de los tomates". Igualmente, todo suma.
Uds. sabrán juzgar. Los expertos determinarán qué está más cerca de la verdad.

Salut!

PD: Por cualquier duda, el link a la página de donde fue copiada la cita es: http://www.primeraedicionweb.com.ar/index.php?idnoticia=208&dgprincipal=nota&suple=1&tipo=impreso&idEdicion=161