Hablar por Boca de Ganso

A la hora de adivinar, el 'menos común de los sentidos' nos llevaría a pensar en el graznido emitido desde el aparato fonador de las aves de corral de mayor envergadura, con el objeto de dar algún significado simbólico a esta belleza, si las hay, del lenguaje castellano.
Sin embargo, suele ocurrirnos bastante a menudo que cosas (en apariencia) harto fáciles de suponer terminan resultando (real y) profundamente complejas para el entendimiento humano.
De no ser por las ciencias que estudian la historia de la humanidad, estaríamos haciendo honor a la frase si sólo nos quedáramos con lo que nuestra mala 'primera intuición' nos sugiere.
Sucede que nuestro idioma está plagado de homónimos muy particulares. Tal es el caso del vocablo ganso. Hoy en día aplícase al palmípedo y como adjetivo despectivo para cualificar a quienes son torpes, desmañados, lentos, perezosos, o que dicen o hacen tonterías que nos hacen matar de risa. Hay una acepción más, que en Argentina no usamos pero sí la utilizan los españoles, según la cual ganso sería sinónimo de grande, de gran tamaño o cantidad.
Hasta aquí seguimos en la misma oscuridad respecto al origen del dicho. En belcart.com encontramos algunos fotones que nos ayudan a quitarnos algún gramo de ignorancia. Tengan a bien, queridos lectores, compartir lo que sigue: "Antiguamente, los hijos de los nobles y de los ricos eran formados y educados por una especie de monitor o ayo llamado, precisamente, ganso. Estos gansos o ayos ejercían una función educativa y pedagógica, por lo general rígida y dogmática...los niños repetían casi memoriosa y literalmente lo que habían escuchado de boca del ganso, y como casualmente estos gansos solían caminar por los caminos de palacio seguidos por los niños en fila india...la tradición popular se encargó de acuñar la frase hablar por boca de ganso, para dar a entender que alguien repite lo que otro ha dicho, como si fuera propio, pero sin el correspondiente discernimiento."
Fuentes: beclart.com