NO ACLARES, QUE OSCURECE

Hay personas que no pueden tolerar los malos entendidos. Mi amigo Marcelo es uno de ellos. Él siempre intenta explicar una y otra vez lo que acaba de decir. Si dijo "Hola!", en seguida agrega: "He dicho hola! con un solo signo de admiración, porque ahora es como se suele utilizar, no es que no sepa que se debe colocar primero el signo de admiración al principio, bla, bla, bla...." Otra vez, hablando de una vecina, Marcelo dijo que la señora era "una chusma".
Y su intento de "aclaración" fue el siguiente: "En realidad, no quise decir que era una chusma, sino un poco charlatana, aunque charlatán puede ser interpretado como que acostumbra decir habladurías, engañapichangas o mentiras, y no es que yo intentara insinuar que la chusma esa sea una mentirosa, sino que a veces miente, salvo cuando hace silencio, etc., etc., etc."
Tal vez Marcelo sea un poco neurótico y obsesivo. Lo cierto es que cada vez que él intenta aclarar las cosas las empeora. Ante esta costumbre, cualquier hijo de vecino le diría, ironizando, "No aclarés, que oscurece" y éste es el significado oculto en esta sarcástica frase.
Espero no haber oscurecido, sino aclarado el significado de esta frase.
De su origen, los remito a la frondosidad de vuestras propias imaginaciones.Seguramente dentro del vasto espacio de los salones de vuestra inteligencia, queridos lectores, encontrarán de dónde surge esta frase. Yo daré el primer paso, citando al libro del Génesis: "...y Dios dijo: que se haga la luz, y la luz se hizo...".
Salut!

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