Este dicho popular proviene del antiguo juego de las Tablas Reales, juego de tablero muy semejante a las actuales Damas. En el citado juego la palabra casa está referida a unos semicírculos huecos cortados en la misma madera a los lados del tablero en los que se van colocando las piezas para ocupar las casas o casillas según las suertes de los dados. El juego consistía en encontrar una casa o casilla vacía donde entrar, y en el caso de que se hallara ocupada el que viene detrás con una pieza la puede desplazar del juego, “la puede sacar de su casilla”.
Fuente: Carlos Rivera
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