No tener velas en un entierro

Este modismo, siempre citado en sentido interrogativo y en segunda o tercera persona (“¿quién te dio o le dio velas en este entierro?”) , indica que la presencia de una persona o su intervención en determinado asunto no son bien recibidas, o que, simplemente, se consideran inoportunas. Tiene su origen en la antigua tradición, hoy en desuso, que se seguía en los entierros españoles, cuando la familia del fallecido entregaba velas a los familiares o a los amigos más cercanos con el fin de que las encendieran durante la ceremonia del funeral. “No tener vela en un entierro” significaba que la relación con el difunto no era muy directa o significativa.

Fuente: Carlos Rivera

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